El Beato Federico nació en Ratisbona, Alemania. Ingresó a la Orden como hermano no clérigo en el monasterio agustino de San Nicolás en su ciudad natal. El monasterio era la comunidad más importante de la provincia de Baviera en aquella época, y acogió el capítulo general de la Orden de los Agustinos en 1290. En él se promulgó la primera Constitución de los Agustinos.
Sirvió a la comunidad como carpintero y proveyó a la casa de la leña necesaria para el uso diario. Vivió en oración y amó la Eucaristía.
Hay pocos registros sobre su vida. Algunos relatos legendarios del siglo XVI, como los que aparecen en la biblioteca del capítulo metropolitano de Praga. Dicen que, al no poder asistir a misa y estando en el lugar donde trabajaba, recibió la comunión de manos de un ángel.
Murió en Ratisbona el 29 de noviembre de 1329. Poco después de su muerte, se atribuyeron a su intercesión muchos milagros. Sus restos reposan en la iglesia agustina de Santa Cecilia en Ratisbona. El 12 de mayo de 1909, el Papa Pío X confirmó su culto en 1909.
Oración
Deus todo poderoso e eterno, doador de todos os bens, que concedestes ao Beato Frederico um maravilhoso espírito de disponibilidade e penitência, e um amor ardente à Eucaristia, fazei que, ajudados por sua intercessão, dediquemo-nos de todo coração a vós e a nuestros hermanos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, en la unidad del Espíritu Santo. Amén.