NUESTRA ESPIRITUALIDAD

Nuestra Orden tiene una gran riqueza espiritual, por su herencia y tradición agustinianas y por la diversidad cultural de sus miembros. 

La identidad espiritual de la Orden tiene dos fundamentos: el primero lo constituyen los principios procedentes de la herencia monástica de San Agustín y de su pensamiento espiritual; el segundo, se refiere a su condición de Orden Mendicante (Cf. Constituciones, 4). 

Los rasgos fundamentales del carisma agustiniano son: la interioridad y la vida de oración; la vida común, entendida como unión de almas y corazones en camino hacia Dios; la pobreza personal, la austeridad de vida y la solidaridad; la disponibilidad para el servicio y el apostolado, según las necesidades de la Iglesia.

Otros aspectos característicos son: la especial fidelidad al Papa; el gobierno centralizado bajo el Prior General; el estilo horizontal y participado; la universalidad y el sentido de Orden; el cultivo del estudio orientado a la evangelización de la cultura (Cf. Constituciones, 5-14). 

La comunidad es el eje en torno al cual gira la vida religiosa agustiniana: Comunidad de Hermanos que viven unánimes en la casa, en una sola alma y un solo corazón, buscando juntos a Dios y dispuestos al servicio de la Iglesia (Cf. Constituciones 26).