En 1861, el gobierno del general Tomás Cipriano de Mosquera ordenó la exclaustración de los Agustinos, y el templo y convento pasaron a manos del gobierno colombiano. En 1867 la iglesia se devolvió al culto, pero el convento siguió utilizando como cuartel militar ininterrumpidamente, hasta 1938, cuando se decretó su demolición y reemplazo por una construcción moderna.
La iglesia de San Agustín de Bogotá ofrece una planta basilical de tres naves, a la que se añadió la antigua capilla original, a modo de nave transversal. Sobre muros de mampostería mixta, que incluye piedra, ladrillo, adobe y tapia pisada, se montaron armaduras de cubiertas en la técnica usual de par y nudillo en maderas traídas de Bojacá (Cundinamarca).
La decoración espacial incluyó el único artesonado en bóveda elíptica existente en la Nueva Granada, sobre sus tres naves.