Siete novicios agustinos realizaron la Primera Profesión Religiosa de los votos de castidad, pobreza y obediencia.

enero 25, 2025

La Provincia de Nuestra Señora de Gracia de Colombia y la Provincia San Miguel Arcángel del Ecuador, celebraron la Primera Profesión Religiosa de los votos de castidad, pobreza y obediencia, de siete novicios agustinos.

Fray Javier Hernán Bernal Bello, O.S.A.

Fray Christopher Andrés Benítez Solórzano, O.S.A.

Fray Cristian Andrés Martínez Silva, O.S.A.

Fray Johan Emanuel Galvis Toledo , O.S.A.

Fray Leonardo Daniel Pinto Garcés, O.S.A.

Fray Kevin Andrés Bru Zuluaga, O.S.A.

Fray Ángel Javier Fonseca Celis O.S.A.

El sábado 25 de enero, día de la Fiesta de la Conversión de San Pablo, en el Santuario de Nuestra Señora de la Salud de Bojacá en Cundinamarca, se realizó la Ceremonia de Profesión Religiosa presidida por el Vicario Provincial, P. Fray Ronal Antívar O.S.A., acompañado por el Padre Provincial del Ecuador, P. Fray Carlos Julio Urbina Navarrete, O.S.A., y la comunidad de los Padres Agustinos.

En la homilía, el Vicario Provincial, P. Fray Ronal Antívar O.S.A., explicó que, “la profesión de los votos religiosos de castidad, pobreza y obediencia, es una conversión de vida y una renovación radical de las promesas bautismales. Precisamente San Pablo, el día de su conversión, recibió el Bautismo”.

Sobre la castidad, dijo que es una elección y un don maravilloso que Dios les ha regalado, “es una alegría y la manera de dedicarnos al Señor con un corazón indiviso para Él y para el bien de las almas”.

Seguidamente, recordó el consejo de San Agustín con respecto a la virginidad consagrada: “es mejor una casada humilde que una virgen soberbia, si eres soberbio y orgulloso, caerás muchas veces, y la castidad se te convertirá en una carga, más que en un don”.

Al referirse al voto de pobreza, explicó que, “consiste en tener a Jesús como la única riqueza, y tiene que ver también con el trabajo humano; el verdadero pobre, trabaja. Profesar este voto nos debe llevar a una vida austera, sencilla, sin lujos, y como dice San Agustín, es mejor necesitar poco que tener mucho”.

Respecto a la obediencia, destacó que “implica ponerse en las manos de Dios, morir a lo más difícil, la propia voluntad. Implica tener la fe para ver la voluntad de Dios en lo que pide un superior, claro está que no debe pedir algo que vaya en contra del buen juicio y de la dignidad como hijos de Dios”.

Al finalizar, invitó a ser peregrinos y apóstoles de la esperanza cristiana que nunca falla. “Hermanos, recuerden que la promesa del Señor sobrepasa todo entendimiento y toda capacidad. Vayan por el mundo y prediquen el Evangelio”.

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